Hoy por caprichos del destino, o quizá míos, o tal vez porque necesitaba una chispa en mi vida, que me pusiera las pilas, porque quizá me había parado demasiado a tomar aliento; he ido a ver una de las Charlas de Mentes expertas.
Mentes expertas es una empresa que, a grandes rasgos, se dedica a organizar conferencias y cursos de motivación para empresas y público en general en las que nos descubren la importancia de “invertir en la actitud y motivación” porque “los conocimientos suman pero como enfocas el día a día y te relacionas multiplica”. Dicen estar convencidos que cambiando los malos hábitos se mejora en muchos aspectos de la vida;
y a que negarlo, yo también.
Me encanta Emilio Duró y varios de sus ponentes estrella pero Victor Kuppers era un hombre que me atraía especialmente.
Es holandés, afincado en Cataluña, y da clases en dos universidades y conferencias de motivación por el mundo y en Youtube. Según él mismo su frase favorita es de Santa Teresa de Calcuta “Que nadie llegue jamás a ti sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz” ¿qué qué nos cuenta? Pues básicamente la importancia de la actitud personal como elemento movilizador y dinamizador mediante ideas aplicables para potenciarlas.
De toda la charla me quedo para este post, con dos cosas, esta frase que usó Victor Kuppers “Lo más importante es que, lo más importante sea lo más importante” que parece una perogrullada pero que analizada con calma es muy movilizadora. La segunda cosa con la que me quedo por ahora es una pregunta ¿Qué hay de malo en reir?
Empezamos por la pregunta: ¿qué hay de malo en reir? Yo me quedé pensado, y todo lo que sigue ya es cosecha de la menda.
Creo que lo que hay de malo en reir es precisamente que no nos creamos con derecho a hacerlo, porque lo veo, lo veamos como una inmensa irresponsabilidad, con la de problemas que hay en el mundo, en nuestro país, en la familia, el trabajo… ¿cómo ser tan irresponsable como para perder el tiempo y que iban a pensar de nosotros, de mí?
Para que, pregunto, vamos a reir o a sonreir, si dentro de un rato tenemos un marron, o nos duele la cabeza. Porqué sonreir ante un niño que ríe o el sol reflejando en el rocío de la mañana si llegamos justos al trabajo; o en mi trabajo por ejemplo; ¿para qué sonreir a un paciente que se muere, a una niña que llora o a un usuario que se queja? ¿Para qué le voy a sonreir a la vecina de asiento en el autobús que tiene cara de acelga estreñida?
Si sonries por la calle te llamarán loca, y si sonries porque sí, siendo que “está cayendo la que está cayendo” es irresponsable reir.
¿Pero porqué? Que nos imaginamos que tiene de malo, ya lo sabemos. ¿Pero qué tiene de bueno sonreir?
Sonriendo y riendo te haces feliz a ti mismo y a los demás, generas oxitocina, duermes mejor (esto lo dice Science, ojo, no yo); riendo generas confianza, aunque algunos “tarados” crean que sonreir cuando tienes problemas es poco más que suicida; generas seguridad y generas felicidad. Incluso tienes el poder de desarmar
Y para mi es esencial crear felicidad, y más aún confianza a mis hijos, a mi marido, a mis pacientes, a mis amigos. Y si lo piensas por un momento, hay millones de razones para sonreir y pocas para ponerse triste.
¿Que crees que alegrará más la vida al paciente, que estemos ahí dando la medicación y la educación para la salud, la atención primaria o de la urgencia, con cara de acelga; o que por el contrario, le sonrías y encuentres con un poco de calma, un punto de vista que le provoque felicidad y una sonrisa?
Párate a pensar y busca motivos para celebrar la vida, para reír, y brinda a los demás una sonrisa, descubrirías que muchos más se acercan a tí con el corazón en la mano, como a un faro en la oscuridad de la noche.
Ha sido una enorme experiencia, y una buena tarde con una buena amiga. Un momento importante, y un enorme motivo para iluminar el mundo aunque sea con mi sonrisa torcida.
Si consideras que vivir amargado y enfadado es lo normal tienes un problema muy gordo.
Y como dice Kuppers «Tu decides tu actitud ante la vida»