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EL HIPOCAMPO CASO PRACTICO

lainformacion.com

El hombre que olvida al instante

28/03/2012 09:35 | Antonio Martínez Ron | Imagen: David Tesouro
Jesús Rodríguez tiene un daño cerebral que le impide generar nuevos recuerdos. Vive rodeado de aparatos que le indican cuando tiene que hacer cada tarea. Si se distrae unos segundos, olvida dónde está, lo que estaba haciendo y hasta a la persona con la que estaba hablando.
El hombre que olvida al instante
26/03/2012 14:20 | Antonio Martínez Ron | Imagen: David Tesouro

Jesús piensa que estamos en el año 2002. Aquel año le operaron de un tumor cerebral en Suiza y la complicación terminó borrando sus memorias pasadas y su capacidad de generar recuerdos. Pero situarse en 2002 es para él un gran avance. Hasta hace poco pensaba que estaba en 1979 y que tenía 17 años. «Lo que más me costó», confiesa, «fue convencerme de quién era un viejo que venía a la ventana de mi casa…. Hasta que empecé a conocer que eso era el espejo y que ése era yo. Todavía hay días que no lo tengo claro».

Los recuerdos de Jesús Rodríguez quedaron arrasados por el daño cerebral en el hipocampo y el lóbulo frontal. Su vida es un puzle que los neuropsicólogos de la Fundación Polibea tratan de reconstruir. Jesús tenía un negocio de importación de coches y se movía por toda Europa. «De vez en cuando», nos cuentan, «nos llegan notificaciones judiciales porque ha aparecido un coche a su nombre en Milán, o en París, y tenemos que explicar al juez que Jesús no puede recordar».

Le entrevistamos en Madrid, una tarde de febrero. Cuando terminamos, Jesús se levanta, va al baño y, al regresar cinco minutos después, no sabe quiénes somos ni se acuerda de que hemos estado hablando con él. «¿Hace un rato hemos estado hablando, ¿te acuerdas?». «Yo?», pregunta desconfiado, «¿Qué dices? Por favor…». Y se marcha malhumorado.

Hay que tener cuidado a la hora de devolver a Jesús a la realidad porque descubrir a cada rato de que su vida es un rompecabezas le genera una enorme frustración. «Con Jesús pasan estas cosas», asegura su neuropsicólogo, Sergio García. «Yo he estado toda la mañana con él, le he perdido unos metros en los que se me ha adelantado y al volver a alcanzarle y hablarle no sabía que había estado con él».

Como el protagonista de la película Memento, Jesús puede perder en un instante la orientación y no recordar qué ha estado haciendo ni qué se proponía. En lugar de tatuarse los datos, Jesús utiliza todo tipo de dispositivos móviles. «Vivo con alarmas», asegura, y al ratito suena uno de los aparatos que le recuerda que al llegar a casa tiene que rellenar unos papeles. «He aprendido que no puedo quitar, es siempre repetir. Hasta que no hago [la] cosa, no la quito».

«Un caso como el de Jesús nos enseña la importancia del anclaje que nos da la memoria», afirma su neuropsicólogo. Uno de los primeros casos como de este tipo en la literatura médica fue el del famoso paciente H.M. (Henry Molaison), un estadounidense al que extirparon el hipocampo en una operación para evitar la epilepsia. «El caso del H.M. nos enseñó que el hipocampo es importantísimo para la memoria», asegura el catedrático de Fisiología Francisco Rubia. «Este paciente no podía consolidar nada, llegaba el médico y si volvía al rato le saludaba como si no se hubieran visto».

El problema de Jesús surgió de una complicación post-operatoria. Tras retirarle el tumor en Suiza, el drenaje le causó una acumulación de líquido en el lóbulo frontal (higroma) que provocó una segunda lesión cerebral. La primera operación afectó a la sustancia blanca en el lóbulo temporal (en el hipocampo) y las complicaciones le dañaron el lóbulo frontal, que afecta a la capacidad de relacionar los datos. La consecuencia es doble: los recuerdos de Jesús no se fijan y los que tiene los confunde al relacionarlos. También tiene dificultades con la lengua que utiliza, y salta automáticamente del español al alemán sin ser consciente de ello.  (Ver: Cómo se fijan los recuerdos)

A pesar de todo, Jesús puede generar algunos nuevos recuerdos a base de repetición. A su neuropsicólogo le recuerda después de haberle visto muchas tardes. Lo mismo pasa con su mujer, pero no es capaz de recordar cuántos hijos tiene, por ejemplo. «Cuando el hipocampo está dañado, el paciente no puede consolidar los recuerdos», explica Rubia. «No puede transformar la memoria a corto plazo en memoria a largo plazo, así que vive el presente».

Cada año se producen miles de casos de daño cerebral y en la mayoría de ocasiones pasan desapercibidos. “Una persona como Jesús, agarrada en una barra en el metro, pasa totalmente desapercibida”, asegura Sergio García, “sería necesaria y muy beneficiosa una concienciación más general”.