Menú
Buscar

HOLA, NO ME HE IDO

O si, tal vez.

Seguro que no soy la misma que abandoné este espacio tan mío y tan vuestro aquél día de septiembre. Lo que no se es si soy mejor o peor. Solo ruego que, si algún loco me echó de menos, me perdone.

Tampoco se decir si vuelvo para quedarme o todavía andaré entre las sombras y sin atreverme a desnudar del todo mi alma ante vosotros. Ni ante nadie. No se…

Mi mundo se agita como el mar en calma ante un terremoto; tiembla sin cesar, no sabemos aun sin saber si habrá o no un tsunami pero si que se esperan grandes tormentas, ¿o acaso pasó ya el monzón y no lo percibí en mi encierro?

Mucho removido y mucho aún por remover, solo «soy en calma» cuando estoy con los míos, cuando estoy de blanco y cuando » me convierto en montaña…» (leáse entrada «Montañas, Olas y pensamientos»)

Solo se que me da miedo estar desnuda ante vosotros, pero prometo ir quitándome poco a poco las capas de la suciedad llamada prejuicios, del castigo autoimpuesto.

He vuelto para entrar en mi misma otra vez.

Y creo que seguís ahí amigos, y por esto aquí os dejo el poema de Benedetti,

Creo en ti, Amigo

 

Creo en tí amigo:
Si tu sonrisa es como un rayo de luz
que alegra mi existencia.

Creo en ti amigo:
Si tus ojos brillan de alegría al encontrarnos.

Creo en ti amigo:
Si compartes mis lágrimas y
sabes llorar con los que lloran.

Creo en ti amigo:
Si tu mano está abierta para dar y
tu voluntad es generosa para ayudar.

Creo en ti amigo:
Si tus palabras son sinceras y
expresan lo que siente tu corazón.

Creo en ti amigo:
Si sabes comprender bondadosamente mis debilidades y
me defiendes cuando me calumnian.

Creo en ti amigo:
Si tienes valor para corregirme amablemente.

Creo en ti amigo:
Si sabes orar por mí,
y brindarme buen ejemplo.

Creo en ti amigo:
Si tu amistad me lleva a amar más a Dios
y a tratar mejor a los demás.

Creo en tí amigo:
Si no te avergüenzas de ser mi amigo
en las horas tristes y amargas.