Menú
Buscar

Homeostasis, imaginación, luz y caminos

Cuando el cuerpo sufre una agresión, una herida, interna o externa; se activan multitud de reacciones orgánicas. La sangre coagula para detener los sangrados, y se ponen en marcha multitud de sistemas de defensa naturales. Lo malo, es que a veces, se vuelve algo loco y “se pasa de frenada”, y empieza a coagular de forma desenfrenada y se forman coágulos y trombos. Enemigos temibles que se acantonan en tus venas y arterias como seres silentes, preparado para ponerte la vida difícil.El equilibrio es muy delicado, como alas de mariposa. Un equilibrio que se lleva a todas las esferas de la vida, porque cuando algo te altera… toca a todas las fibras de tu ser; cuando algo lo suficientemente fuerte te agita, todo detrás va en cascada, cuerpo y mente, unidos indefectiblemente, grita como un loco pidiendo auxilio.

El cuerpo humano no sabe mentir, al final cuenta todos los secretos de cada persona, desde tus ojos, al movimiento de tus manos, la forma en la que tocas ciertas partes o con determinada frecuencia dan muchas pistas sobre tus heridas de cuerpo y alma. Incluso o más, como tocas a ciertas personas (o no) hablan de la relación que tienes con ellas.

Porque cuerpo y alma son homeostasis. La homeostasis (del griego ὅμοιος hómoios, ‘igual’, ‘similar’​ y στάσις stásis, ‘estado’, ‘estabilidad​) es una propiedad del organismo, que consiste en su capacidad de mantener una condición  interna estable, que va compensando los cambios en su entorno mediante el intercambio regulado de materia y energía con el exterior mediante el metabolismo. Se trata de una forma de equilibrio dinámico que se hace posible gracias a una red de sistemas de control realimentados que constituyen los mecanismos de regulación de los seres vivos.

Si la homeostasis se duerme la siesta durante un tiempo prolongado, es cuando le dice a las fuerzas del poder, que se dediquen a repartir desgracias en el caos de tu cuerpo, y si estos desastres se prolongan en el tiempo, el sujeto se torna bicho bola e hiberna entre las visitas a los hospitales y los quirófanos.

Esto provoca muchísimas implicaciones en todas las parcelas de tu vida.

       Que te falten las fuerzas

       Que te sientas débil

       Que tu energía se echa a dormir en un punto de inconsciencia comatosa y no alcances a despertarla.

       Que el dolor siempre presente, al que llamaremos “alien cabrón” te encierra inevitablemente en tu habitación.

       Que tu sentido del humor se haya ido a dormirla con la energía.

       Que te aburres

       Que te pierdes cosas importantes… muchas, y las echas mucho de menos.

       Que tu tribu sigue viviendo, pero tu estás en tu encierro, en la cárcel de tu cuerpo, que cada vez es más estrecha.

       Que el aburrimiento te lleva a la tristeza.

Pero también pasa…  

       Que luchas

       Que sonríes en el peor de los escenarios

       Que sacas fuerzas de donde no existen, para vivir la vida a tope.

Pero yo cogí toda la mierda que me dio la vida, le di la vuelta y la transformé en luz, la convertí en cosas buenas para los demás y mejoré sus vidas cuánto pude. A ti, que me lees, busca a tu gente y mantenla cerca porque cuando estes en tu infierno particular, en tu momento más bajo te ayudarán a salir de allí donde estés y a brillar como lo que eres, luz blanca, que da amor y calor cuanto puede.

He volado en cohetes y matado dragones, salvado vidas (literal y figuradamente); y me la han salvado a mí. He tenido huesos rotos, amistades rotas, el corazón herido, y he perdido a seres queridos, pero aún sigo aquí, cada vez más. Nunca elegí la seguridad de lo conocido, existiendo la posibilidad de que algo me hiciera más feliz, algo nuevo que descubrir, he vivido aventuras que algunos solo pueden soñar; y he sufrido daños con los que aun sueño a menudo. 

Estos periodos te enseñan quienes quedan y quienes estaban por mero interés y eso, perdura para siempre. Quienes se quedaron siempre fueron y siempre serán. Quienes decidieron irse, hasta siempre. Lo pasamos bien pero no significaste nada en mi vida.

Y si algo he aprendido en mis aventuras de la vida, es que no existe ningún cuento sobre la vida totalmente feliz, que la felicidad es seguir vivos, viviendo y que el solo salga cada día; porque en cada amanecer llega la posibilidad de la felicidad y también del dolor y a veces todo se mezcla. Siendo pequeña comprendí que, si la imaginación no tiene límites, las posibilidades son infinitas, lo aprendí por las malas, tras muchas frustraciones, dolor y nostalgia por tener una vida distinta de la que debía ser. Aprendí a abrir mis alas, a aceptar las opciones que la vida podía ofrecerme, las que veía con el corazón y con los ojos. En definitiva, las que vivimos con el corazón. Mientras el sol salga cada día habrá dragones que matar, el final de mi historia no es un Fin porque estoy viva y mi sol sale cada día para mí, ofreciéndome un camino largo por recorrer.

Todos los sacrificios que tengas en tu camino valdrán la pena, mientras mantengan vivos tu imaginación tus vidas y tus sueños.

Estas dos o tres últimas semanas he aprendido mucho y he vivido más. He mantenido conversaciones con el corazón de quienes siempre han estado. De quienes permanecen, que son pocos. Pero tienen mi corazón por siempre y enterito.

Os quiero. Principio.