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LABORES…

Abuelas, Iaias, tias y señoras del pueblo, vecinas o jubiladas, e incluso jóvenes que en los pequeños pueblos de la España de posguerra no tenían mucho más que hacer, que calceta o punto de media, entre punto y punto se hablaba de patatas, de la cosecha o del frio, o de los novios, o a criticar a los demás, vamos, lo que se hace ahora con el facebook, pero más productivo… hace no mucho descubrí unos  «calzones» hecho de punto con la lana más gorda que nos podíamos imaginar…

Yo es que ahora no duermo, pero nada de nada… y cuando me canso de leer o escribir o pelearme conmigo misma porque quiero hacer más cosas de las que mi cuerpo me permite…, entonces un buen día, se me ocurrió volver a hacer calceta…

He descubierto que la calceta, el punto de dos agujas, es un retrato de la vida misma, rutina… pero a diferencia de la vida, es una rutina relajante, evadirte de la realidad, concentrándote solo en la mecánica  y además si te pierdes, o te equivocas, puedes volver atrás, resolver el problema tiene arreglo… y eso lo podemos trasladar a la vida misma.

Haces tu trabajo, vives en pareja, amas u odias, ganas o pierdes, tus hijos maravillosos, a veces hacen que el número de tus canas se multiplique de forma alarmante. La vida es como una bufanda… es rutinaria y aburrida a veces, pero si lo haces con ilusión y con cariño sabes que el resultado será bello y útil. Habra punto que se te anuden, o que se suelten, pero te das cuenta y lo puedes arreglar, porque de ti depende que un punto roto te rompa a ti y tires la lana a la basura…

Nooo, debes volver atrás y deshacer el punto hasta que llegues al punto desde que puedas seguir tu labor, de ese modo te sentirás satisfecho.

Perder la paciencia, la esperanza, el humor, las ganas de empezar nuevas «labores» porque una te salió mal, por diversas vicisitudes; quedarte quieto por miedo a fracasar, o quizá romper una relación profunda e importante por no reconocer que un punto o dos se «salió», o la lana se deshilachó; darte por vencido porque el remate de una pieza no se quedo como querías eso es sin duda, inaceptable.

Eso es lo que la vida te enseña cuando aprendes a relativizar.

Eso es lo que aprendes cuando ves que la vida, en el momento más inesperado puede escarparsáte entre los dedos, o cuando puedes perder todo aquello por lo que has luchado.

Aprendes que no debes dejarte puntos sueltos, que debes sentirte orgulloso de lo que haces, de las decisiones que tomas, gusten o no, o salgan bien o mal, lo has hecho todo lo bien que has podido, y has de estar orgulloso de ti mismo, de tu maravillosa labor, aunque alguna vez, te «salgan los ojales torcidos».

Lo más probable es que si te empeñas, lo puedas solucionar,y y si no habrás acabado una obra poniendo toda tu alma en ella, de forma perfecta, o solo aceptable, pero siempre con la cabeza alta y los ojos brillantes

La esperanza, la ilusión y la voluntad son tus mayores armas, aparte claro de tu habilidad, que también debe seguir creciendo día a día.

Y las mejores metas son las humanas… empezando por aprender a vivir con aquello que la vida te ha dado… quizá la labor empezó difícil, y eso la complique… pero siempre que pongas ganas puedes hacerlo todo con éxito.