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LAS PERSONAS HOGAR

¿Quién no ha sentido esas ganas de desperezarse en su sofá, con la seguridad de que allí, en su casa, con los suyos, se siente a salvo?, o también esta pregunta es reveladora ¿Quién no ha sentido esa enorme ilusión de empezar un nuevo hogar, lejos del suyo familiar?

Lo que es evidente es, que cuando todo parece ir mal ahí fuera, nuestro hogar, es el mejor refugio que podemos encontrar.

Habría que definir un poco, quizá, lo que es un hogar. Para la que suscribe estas palabras, al menos, un hogar no es un piso o una casa de campo, ni una primera residencia ni una segunda.

Para mí un hogar, más que un sitio que también tiene mucha importancia, es una sensación, una atmósfera que se crea entre varias personas de apoyo, confort, seguridad, en el que te puedes mostrar a ti mismo tal cual eres, en el que no tienes que fingir por convencionalismos.

Un hogar es un lugar físico, pero más aun, un sentimiento de pertenencia; de saberte parte de algo, de echar raíces y saber que nadie intentará venir con un hacha a cortarlas.

Un hogar es, en definitiva, un refugio al que regresas cada día después de enfrentarte al mundo y remar; un puerto seguro.

Un hogar puede ser un refugio entre paredes, pero de lo que hoy voy a hablar es de las personas hogar.

Permítame el autor de esta expresión, la libertad de no citarle pero soy incapaz de recordarlo en este preciso momento.

Es magnífica la sensación de estar con una persona que te haga sentir como en casa; a salvo, cuando los silencios no haya que llenarlos de palabras vacías; sino que se disfruta de ellos tanto como de las palabras sinceras.

Es increíble no ver a una persona por un largo período de tiempo, y que parezca que no hayan pasado  más de unas horas. Confiar a una persona tus miedos, tus alegrías, tus silencios, tus risas o tus lagrimas, sabiendo que  nunca va a hacer mal uso de ellas, o te va a dejar en la estacada. Eso es, señores mío, tener personas hogar.

La persona hogar es aquella a la que hay que darle espacio; en la seguridad de que siempre podrás volver.

Ahora es cuando viene la parte más complicada para mí. Porque tengo varias personas hogar, pero solo voy a hablar de dos –de tres en realidad- el resto, papá, mamá, Tina, Amparo Pérez, Encarnita, Sonia, Mile… no os enfádeis que sois personas hogar para mi. Un hogar queridísimo además, y cada cual con sus peculiaridades.

Hoy voy a hablar de mi querido y más seguro hogar, áquel que está también inserto en mi hogar físico, y en mi piel. Salva, que aunque hayan pasado 12 años desde aquel dia en el que nos casamos, y toda una vida prestadonos libros. Tu eres simplemente mi persona. Aquella a la que se va mi pensamiento antes cualquier cosa, divertida, cotidiana, triste… A ti que con tu abrazo me transmites la sensación de poder con todo. Gracias por ser mi hogar, y poer construir uno junto a mi y nuestros maravillosos e inigualables rubitos.

Para mi es un honor tener un hogar tan fuerte y tan bonito.

Mi otro hogar… son dos. Inigualables e inseparables. A temporadas sin vernos, largas, a temporadas (y que duren) viéndonos lo máximo posible; toda una vida hablando sin palabras. Toda una vida de burlas en un lenguaje que solo nosotros tres entendíamos. Toda una vida diciéndonos barbaridades, en un código que significaba afecto y seguridad. En grupos de tres o de cuatro o en parejas de coche… Doy gracias a la vida por habernos puesto en el camino, y dejarnos andarlo juntos. Sois un importante refugio para mí. Gracias Javi, gracias Silvia.

¿Saben? Lo bueno de las personas hogar es que a una, le transmiten paz, y seguridad, y una sonrisa como la que tengo ahora mismo, en el corazón.

¿Son ustedes personas hogar?