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MI PROPIA VIDA

A mi me ha tocado siempre la nariz tener que dar explicaciones sobre todo lo que hago, lo que compro, lo que viajo o lo que no, que si uso Mac o Windows o porque comparto lo que escribo, o porque escribo, o porque me gusta hablar sola, o porque me gusta la tecnología, o porque alguien me cae bien, o me cae mal… La respuesta es súper fácil: porque me da la gana.

Me han llegado a preguntar que porque me casé con mi marido y no con otro, o porque tengo amigos gays y lesbianas, si yo no lo soy ¿o si?. Me han acusado de ir al medico sola, y al mismo tiempo, sin solución de continuidad de depender siempre de la gente porque estoy enferma. Me han acusado de ser demasiado independiente, otros de demasiado madura (la mamá me llamaban mis amigos) y otros de demasiado inmadura.

Otros me han acusado de ser cotilla y unos de ser demasiado dejada (respecto a lo que les pasa a los demás), mientras esto pasaba, unos terceros me acusaban de presionar demasiado a los demás, pero de pasar mucho tiempo sola.

SEÑORES

Vivimos en un mundo donde una persona puede fumar a los 18 pero poner en peligro su propia vida en un quirófano de plástica a los dieciséis, donde hombres y mujeres alcanzan su mayoría de edad a los dieciocho, y tienen acceso a medicamentos sin recetas desde que saben hablar.

SEÑORES

Soy una mujer felizmente casada (lo digo por los que se alegran por ello, pero sobre todo por aquellos a los que les joda) y madre de dos fabulosos niños

SEÑORES

Dejen que haga lo que me de la gana, que no les debo ninguna explicación, que vale que vengan ustedes de buena fe a interesarse por si me va bien o no, no les interesa si me la he pegado o estoy triunfando, yo no voy a ser la que se lo restriegue por la cara. No admitiré, por la misma regla de tres, que tengan ustedes a bien decirme aquello de «No si, eso ya lo sabia yo», porque si ustedes lo supieran todo serían mucho más ricos, felices o ambas cosas, de lo que son ahora.

Dejen que, dentro de un orden, yo decida como, cuando y porque hacer mis tareas, mis trabajos, cumplir con mis obligaciones. ¿Acaso es que ustedes han llegado a dirigir una multinacional? o ni tan siquiera eso ¿acaso ustedes saben realmente lo que hago?.

SEÑORES

Dejen de juzgar si yo soy o no capaz de hacer algo, y miren, sin embargo a su propio ombligo. ¿Qué han sido ustedes capaces de hacer? Llevar una vida plana, monótona, o más o menos intensa, pero haciendo, en definitiva, lo que se esperaba de ustedes.

Yo no soy mejor que ustedes, pero peor tampoco. Solo me precio de ser distinta y de valorar la vida desde otro punto de vista. Yo quiero vivir feliz, disfrutar de los logros que he conseguido en mi vida, sin dejar que los demás me los arrebaten; si lo intentan, que lo han hecho, lo hacen y lo harán, no podré por menos que, con todo el dolor de mi corazón, dejarles de lado y seguir mi camino. La vida ya puso demasiados escollos en mi camino, para admitir zancadillas.

Yo veo la vida de forma distinta, no desde el prisma de quien ya lo tuvo todo hecho, no siquiera de aquel que, habiéndose hecho a si mismo, se cree por encima del bien y del mal; tampoco desde aquel que vino del arroyo y ahora está en la cima, o a la inversa. No, miro desde las gafas de quién ha tenido que luchar por su vida en demasiadas ocasiones y que ha salido siempre peor o mejor parada pero viva. Y miro desde las gafas rotas de aquella que habiendo vivido, ha tenido que luchar por vivir sencillamente como una más.

Yo veo la vida desde mi MacBook, y desde mi corazón, y desde las miradas de mis hijos y mi marido. Y desde los ojos de mis escasísimos Amigos.

Respetadme, y yo os respetaré; si no lo lo hacen los olvidaré porque mi vida es demasiado débil y preciosa para perder e tiempo luchando guerras que no me importan.

Como dicen por ahí  «Y quién no le guste, que no mire», porque yo he vivido más vidas que la mayoría de la gente, y desde ángulos inimaginables, y que cada cual, lo entienda como quiera…

Mi cita preferida de Mr. Jobs la hago mía

 

Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto. No quedes atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que deberías vivir. No dejes que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu propia voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición.