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OLVIDOS O DESPISTES

No se me asuste la parroquia que no se trata de nada melodramático. No, se trata de olvidos de la vida diaria, de esos olvidos y confusiones que te hacen quedar como una imbécil.  Pero sin acritud ni nada, solo te quedas así, rascandote la cabeza y diciendo ¿para qué sirven las agendas si nos las miras? Porque yo me apunto todo en la agenda para no olvidarlo, pero nadie me recuerda que mire la agenda.

Lo malo es olvidar vestirse correctamente, o de desayunar, o del almuerzo de los niños, o de los regalos de mis amigas o de las citas del médico, si son para mi, que de las de los niños no se me olvidan, ni las de mi marido, soy así de lista. También pudo olvidarme de peinarme, eso me pasa bastante, o de  ir al dentista (aunque eso es un bloqueo inconsciente)

Lo malo es que a mi antes, no se me olvidaba nada, ni los cumpleaños de mis amigas ni de los novios de mis amigas, ni de los amigos de los amigos de mis amigos que también son amiguitos. Nada, nada se me pasaba, me se todos los números de cuenta de la empresa, y los familiares, con los veinte dígitos de corrido. Yo era una enciclopedia.

También me ha pasado estar en una parada de autobús y subirme sin mirar el número pensando que era el mío, y a media hora darme cuenta de que no se donde estoy ni de que autobús he cogido…

No será la primera ocasión que acudo a una cita un día antes o un día después, o que me olvido de coger la chaqueta en pleno enero, o que me pongo unas zapatillas de verano en invierno o un calcetín de cada color… o sin… bueno tampoco vamos a entrar en detalles.

Una vez fui a por mi hijo al cole sin acordarme de que ese día lo elogia mi madre en el autobús, lo malo fue que un día me olvide de mi hijo en casa, y lo pretendía llevar al cole… pero esos olvidos se pasan en tres minutos, o dos, cuando le hablo y no me contesta.

Y porque, no lo se. Se me ha olvidado

Ahora mi móvil parece una central de bomberos, todo son alertas sonoras, para  no olvidarme de las cosas, porque eso si, el móvil no se me olvida nunca. Una vez lo medio perdí en casa, porque me lo lleve conmigo a la nevera, para coger un refresco, y como necesité las dos mano, lo deje un momento en la estantería de la nevera… y fue más de un momentito. ¿sabéis que las neveras aíslan mucho el ruido? Pues si, y claro no lo encontraba.

A veces se me olvida ir a trabajar (pero creo que eso es como los dentistas) y desconecto la alarma cerebral para no oír el despertador, menos mal que tengo a mis nenes, que son más fiables que el mejor de los relojes suizos.

Y de eso quien tiene la culpa, me pregunto, he llegado a dos conclusiones, uno es Steve Jobs, por no crear una aplicación que te recuerde abrir la agenda… y porque de tan fácil que me ha hecho la vida me ha vuelto idiota. y el otro es ese refrán «quién con niños se acuesta meado se levanta» y mi marido que ahora si que se acuerda de las cosas, me ha «vendido» el despiste.

Por favor, que alguien me ayude,  porque hoy me he presentado a una reunión 24 horas más tarde… y del regalo de una amiga, que me he dejado en mi cuarto para «no olvidarme» ja!!

Y ¿qué iba diciendo? Se me ha olvidado…