Menú
Buscar

PROCRASTINANDO

FELIPECon tal de no afrontar la tarea que tenemos encomendada somos capaces de hacer muchas otras cosas, incluso llegando a pensar que estas «cosas inventadas», que estos pretextos son  importantes y que no son distracciones, sino algo realmente importante. Fruto todo del autoengaño.

Según la Real Academia de la Lengua, procrastinar significa diferir, aplazar; se puede emplear en todos los sentidos y contextos que indica, ya que en todos ellos lo que se está haciendo es dejar de hacer una cosa para hacer otra; aplazar una tarea.

Este verbo procede del latín procrastinare cuyo significado es ‘dejar un asunto para el día siguiente, aplazar’. De ahí que se asocie a la pereza, vagancia, etc.

Decir que las personas procrastinan parece una obviedad de enorme calibre. «Estoy demasiado cansada», «Mañana se puede hacer», «Es demasiado trabajo, ya empezaré otro día» o » Uf, que latazo de trabajo, de caminata, de cita….». Cada día buscamos y encontramos mil excusas para no hacer lo que tenemos que hacer, y generalmente lo que «tenemos que hacer» es una obligación que previamente habíamos elegido de manera libre.

¿Por qué entonces nos empeñamos en procrastinar, en dejar las cosas para luego, en aplazar sine die, en hacernos los vagos, si en nuestro fuero interno sabemos qué no está bien y por lo tanto, nos sentimos mal con nosotros mismos?

Es decir, piénsalo, retrasamos una tarea que nosotros elegimos realizar, y nos sentimos mal, culpables. Sabemos que además la tendremos que hacer en algún momento y seguramente la haremos rápido y quizás no con la mismas ganas ni el mismo éxito.

¿Qué hacer?

Mirar las cosas desde una mente de principiante, como si nunca la hubiéramos hecho, porque tu sabes que cada día es distinto y cada día tiene unos matices que lo diferencian del anterior y del siguiente. Es bien sabido que las novedades nos gustan, nos excitan, y nos impulsan hacia delante, no hacia atrás. Todos queremos saber cómo es ese sitio nuevo, del que tanto nos hablaron.

¿Por qué no observar la vida desde ese punto de vista? Como si cada día fuera el primero, con una mente nueva, libre de prejuicios, con experiencia, pero sin rechazo. Porque si lo pensáis, nunca hay un día igual que el anterior, los hay más malos, mejores, aburridos o entretenidos. Quizá lo que ayer te fue mal, hoy te vaya muy bien ¿Quién sabe?

Con esa forma de pensar ¿quién quiere procrastinar?