Menú
Buscar

PUÑETAS O PUÑETAZOS

En el post anterior decía que lo iba a mandar todo a hacer puñetas, e igual me siento ahora. Porque igual que antes, ni quito ni pongo una coma a los post y a las egosiones.
Sigo sin sentirme valorada por mi familia, sigo sintiendo una inválida funcional, es lo que sus ojos reflejan, mirando solo un cuerpo, un cuerpo que no puede seguir a mi cabeza, que bien amueblada me ha hecho como soy. Reflexiva y empática.  Un diamante en bruto bajo capas y capas de incomprensión.
La sabiduría es un tesoro que se gana superando obstáculos, una vida fácil y un caminante marchando por una pista limpia de obstáculos, cuestas, calor y soledad, no aprende a levantarse simplemente porque no se ha caído jamás. Estará tentado por ende, a jactarse de que nunca ha caído, de que es invencible. No hay nadie más expuesto a los ataque de la vida que aquellos que se piensan inexpugnables.
La vida que tantos palos me da día tras día, y que en este instante me tiene semi sumergida en un pozo de lodo y lagrimas en el que me siento inmensamente sola, aunque rodeada de amigos, algunos de verdad, y otros, que diciendo serlo, solo entienden la amistad en una dirección, siempre en la misma, nunca en la mía.  Pero no albergo dudas en lo que al destino vital se refiere, el tiempo pone cada cosa en su lugar.
También la vida me ha enseñado que, por muy hundida que se esté, cuando estás acostumbrada a luchar, a pelear por todas y cada una de las cosas importantes o no tanto del devenir diario, cuando te atacan muerdes.
Si bien, yo ya no soy capaz de pelear contra aquellos que me importan, porque me han vencido, herida que no cesa de sangrar, no voy a dejar que nadie de fuera venga a quitarme lo que es mío. Ladrones de almas, ladrones de sueños, os recibiré a puñetazos y cuando os deje sangrando en el suelo, entonces si, lo mandare todo a hacer puñetas.
Sacar los dientes cuando aquellos a los que quiero y a los que me quieren, aunque me hagan daño, con o sin intención, es un rasgo de mi personalidad, del que me siento sumamente orgullosa, aunque no resida feed back alguno, más que la indiferencia o incluso a veces, la mezquindad.
Ayudaré pues en la medida de mis posibilidades a quien me necesita, para cuando la tormenta amaine, retirarme por un largo tiempo a mi cueva, a lamerme las heridas.
Mientras, no obstante mis ojos echan chispas ante las agresiones ajenas, porque ya bastante tengo con las propias, las de mi cuerpo y las de mi familia, las que hacen temblar mi auto estima como gelatina cada día, ante cada ataque.
Pues primero puñetazos y después puñetas. Bastará de ataques cuando esta guerra termine y empezaré mi camino… sin que nadie, nunca más pueda ningunearme.
Como el león del espejo…
Cuidado a los que me ataquen a otro sitio que no sea el alma.
Cuidado con los que dicen ser una cosa y son otra…
…No porque yo les haga nada, sino porque la vida, pone a casa cosa en su sitio, a cada espíritu en su infierno. Yo ya estoy en el mío, y espero que, quien lo merezca, caiga en el suyo propio, a quien haga daño a los míos, los empujaré yo misma.
A los buenos de espíritu, sin embargo, que los hay, les empujaré hacia el lado contrario, al lado de las personas buenas.
Egosiones dispares pues. Odio hacia aquellos que hacen daño a los míos, odio que será lucha fiera, como siempre había luchado con los que me quieren por las causas que creía justas.
Miedo hacia los que no crean en mi, porque contra ellos ya no puedo alzar la voz, porque me da miedo, porque no puedo confiar en quien no confía en mi.
Indiferencia ante los que se dicen mis amigos pero que solo buscan mi amistad, que la doy toda, pero al final me acabo, me termino, mi aliento se acaba y  mi egoísmo se eleva.
Ganas de luchar antes de buscar mi camino y el de mi pequeña familia, un camino que no admite compasión, que no admite debilidad.