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SUTURAS Y LIBROS

Dr Z, usted y su pasión por una novela como la de Mario Puzo, y que casi nadie, se ha leído, por preferir la versión gráfica de Coppola, me han impulsado a fuerza de insistencia, a leerme la misma, y en ello estoy.
Ni que decir tiene Dr Z, que tiene usted más razón que un santo. Nunca una película podrá emular la intensidad, el intimísimo, la profundidad de un libro, aunque sin querer se le ponga cara al Don, o a Michael Corleone, en aquel jovencísimo Al Pacino.
«Todo es personal» es una frase que Mike Corleone, pronuncia al conseglieri Hagen, «Todo es personal, incluso el mas simple y menos importante de los negocios. En la vida de un hombre todo es personal (…) Sabe todo cuanto sucede y es dueño de las circunstancias»
Para quien no recuerde mucho de la película o del libro, Michael, era el estudioso, el «niño mimado» aquel que no estaba destinado porque su carácter no era el adecuado, ni tampoco sus capacidades, a sustituir a Don Vitto.
Salvadas todas las distancias de época, de ficción, de escenario y de circunstancias tales como que no creo que haya nunca de matar a alguien de un tiro en la sien, porque mi padre no es mafioso, ni hay guerra de familias… ni que vaya buscando pistolas tras los retretes; no deja de existir paralelismos entre Michael Corleone y la que suscribe.
A saber, yo nunca he sido considerada capaz de ser la digna sucesora. Bien, a diferencia de Mike, yo no lo seré, pero porque no quiero, y no porque, como todos piensen no pueda. Yo me parezco mucho más de lo que todos creen a la personalidad de mi padre.
Siempre me han mantenido apartada, como a él por ser la frágil, pero luego a la hora de la vedad, soy la que mas sangre fría tengo de todos, la que más valor le echa a las cosas y, sin duda, la más ponderada.
Como a él, me mandaron a pelearme pero no a la guerra mundial, sino a una guerra sin cuartel contra la vida, contra la enfermedad y contra aquellos que consideraban que mi guerra solo era contra ella y no contra la corriente, que me impedía vivir como los demás. Esa es la batalla que más curte, la que más endurece.
Yo como Mike Corleone, he sabido mantener la mirada fría ante los enemigos más duros, mientras que los «fuertes» se achantaban ante algo que escapaba a su control, se ponían nerviosos, no sabían adaptarse a los nuevos pasos.
Y yo como él, disparo y luego me retiro tres años a Sicilia, para que las aguas se calmen, y para vivir la vida. ¿Es eso abandonar la batalla? No, no lo es. Creo, por contra que es estar en los momentos definitivos, allí donde hace falta sangre fría.
Al final resulta que Mike será el jefe, yo no. No me importa. Porque mi libro no está terminado.
Porque a mi todavía no me han reconocido mi valía,porque no hay peor ciego que quien no quiere ver. Pero la vida, al final pone las cosas en su lugar.
Ahora estoy rota, con sutura en las heridas, que todavía exudan, como M. Corleone, después de la guerra, o cuando lo mantienen desterrado en Sicilia, tras salvar a su familia de un temible enemigo. ¿Qué de quién he salvado yo a mi familia? De nadie tangible, supongo. Solo he sido la roca en las mareas altas, solo he ocultado muchas cosas que me han pasado para que no se angustiaran, solo he solucionado problemas que no ni saben que han existido.
 ¿Mártir? No, en absoluto, más bien he sido práctica, porque para qué exponer un problema que nadie, mas que yo va a poder solucionar. Eso hubiera sido hacerme la heroína, y yo no tengo ganas de entrevistas en la prensa o de palmaditas en la espalda.
Mi sueño es que algún día, se den cuenta de que en mi hay algo más de Don Vitto que de Santino. Muy machote él, muy gallito de corral, pero temeroso de las sombras.
Mi sueño es que todas mis suturas, dejen sólidas cicatrices, que no hagan sino endurecerme aun más.
Que cada caída, sea excusa para subir con esfuerzo otro escalón.
Que alguien, como Don Vitto al final me vea, como realmente soy, que es mucho más de lo que ven. Que donde ven a un corderito hay un león, que donde ven una minusválida, hay un desconocido y vituperado potencial. Que esa supuesta debilidad puede ser solo una fachada… de algo mucho más valioso.
Lean este libro porque es un libro con tantas lecturas como lectores, porque cada uno tenemos un espejo en él, que limpio de efectos literarios, nos ofrece una visión de nosotros mismos hasta ahora desapercibida.
Lean este libro, y miren a su alrededor porque el Don puede estar en la persona más inesperada.
O simplemente, lean, lo que sea, y piensen…
Porque Los Soprano eran una genial caricatura de la familia Corleone, pero eran eso una caricatura, y yo, soy… como soy, única en mi especie, como lo fue Mike Corleone. Un león con dientes afilados para quien le ataca pero alma buena, para quien le considera.
Viva Mario Puzo, viva El Padrino, la novela y viva el Dr Z, por enseñarme de nuevo «que el libro mola más que la peli» por mucha obra maestra que fuera la de Coppola. Y así como el libro es mejor que la película, la vida es siempre más dura que la ficción…