«HAY QUE DEJAR LA VANIDAD A LOS QUE NO TIENEN OTRA COSA QUE EXHIBIR»
…Y partiendo de esa base, diré que soy la antítesis de la vanidad. Puede que decirlo sea, per se, vanidoso. No lo sé, si es así me disculpo. Y no me pienso vanidosa porque si que tengo algo que dar: a mi misma. Siempre, con todo el mundo, antes más ahora menos, cada vez el grupo es más escogido. Y no es que me exhiba a mi misma, sino que exhibo mi corazón y por eso me hacen daño, me han hecho tanto daño, que cada vez, lo escondo más.
Yo de pequeñita, soñaba con ser vanidosa, infeliz de mi, porque pensaba que para ser vanidosa había que ser buena en algo. Quería ser, «La ratita presumida», la princesa de los cuentos, y vivir en un castillo para enseñárselo a todo el mundo, Ganar el premio Pulitzer…, ser Georgina, alias Jo, en las aventuras de los Cinco, la más valiente, la más lista, la que más corría, para contárselo a todo y que no se acordaran de «eso».
Porque yo si que era para exhibir, pero no quería ni quiero.
Pensaba que había que SER algo para ser vanidos@, ahora que ya soy más mayor… pienso que quien necesite llamar la atención para ensalzar sus méritos (que casi nunca ha conseguido por si mismo) es tonto.
Porque ya lo decía Forrest «Mi mamá dice que tonto es el que hace tonterias» y yo vanidosamente añado «y quien es vanidoso» o llámese presumido, petulante, fanfarrón, pendenciero u ostentoso. Aplicable es aqui también el dicho «Dime de que presumes y te diré de lo que careces»
¿Os habéis fijado en que el chulo del patio siempre saca malas notas? Y no solo por conducta, sino porque no llega, el pobre. Yo nunca he sido de sobresalientes, más bien de notable o bien (B y C para los americanos) y cuando sacaba un sobresaliente no se lo decía a mis amigos, a mis padres si, y ami diario, a mi diario le contaba yo las cosas que hacía bien, las que hacía mal ya las veían todos. Los chulos de patio me las echaban en cara, los demás a veces, también.
Los prepotentes o vanidosos siempre son inseguros.
Yo soy como las hormigas, recojo y escucho… escucho y retengo, y escribo. Pero no aqui, donde alguien me lea, sino en un diario que está protegido con contraseña.
Será por eso por lo que nadie me toma en serio, y será por eso también que estoy tan segura en mi rincón, no me oculto, pero tampoco me exhibo.
Yo conozco a una que por ser una prepotente casi la demandan…, y a otra que por lo mismo, todos rien a sus espaldas. Quizá alguien se ria a mis espaldas, pero no será por lo que presumo…
Por cierto que vivo dos años aqui y nadie más que los intimos (cinco amigos y la familia) han visto mi casa (por dentro), porque es mi castillo… donde escribo y vivo con mis hijos…
Por cierto ¿hay alguien ahí?