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CARTA A SSMM LOS REYES Y BIENVENIDA AL NUEVO AÑO: BALANCE DEL AÑO X

Hola «yo»:

¡Feliz 2020 a todos!

Así como lo leéis, con casi 41 años o en este caso 40 + 1 que soy muy consciente de que la vida me ha dado un regalo muy preciado, voy a escribir una carta a sus majestades, o al Señor, o a lo que cada uno considere, porque últimamente… ojito con lo que dices….

Esto que va a empezar también será mi balance del año que acaba y que, como cada año, deseo que se acabe; como las Fallas, que se queman el día 19 de cada marzo, para empezar de cero. No confundamos, sé que no es desde cero, pero es una especie de conjuro a las malas experiencias del pasado.

Este año, curiosamente, ha sido horroroso, pero no tengo prisa por que se acabe…

Pero antes de pedir o de resumir el año he de dar las gracias, como siempre… Gracias, o GRACIAS, así en mayúsculas y negrita.

GRACIAS por dejarme al hombre que más admiro, junto a nosotros mucho más tiempo, por darle la fortaleza para seguir luchando, y por darme la oportunidad de vivir sus caricias y su amor. Y por dejar a mi madre también, que nadie sabe lo que esta sufriendo esta mujer, ojalá pronto pueda relajarse…

GRACIAS por darme unos hijos tan buenos, a pesar de que uno este en plena adolescencia… y todos lo fuimos un día, aunque no nos acordemos y dimos por saco hasta decir basta. Él lo hace así, en bajito, pero es un adolescente de pies a cabeza. En fin, se me entiende ¿no? Y un marido tan bonito que es mi AMIGO, mi compañero de vida, de camino y de trabajo; un equipo que hasta en las más duras de la vida se hace más y más fuerte e inasequible a la derrota. Este año se hizo, más que nunca palpable. El poder de su sonrisa, aunque en sus ojos se veía el miedo, era capaz de tranquilizarme y obligarme a luchar. El poder de sus manos, que eran capaces de sujetarme cuando me notaba desfallecer. Cuando uno se sienta el otro lo levantará y así ha sido hasta ahora. El equipo que hago con mi marido, es fuerte y unido siempre, ya lo dije hace un tiempo y ahora lo reafirmo. 

GRACIAS por permitirme continuar con un estado aceptable de salud que me permite desarrollar todos los proyectos que me planteo. Este 2019 he tenido el mayor y más importante susto de mi vida, y como contaba en abril, creía que no llegaría a esta Navidad, ni siquiera a verano. 

Por tanto, cada cosa que vivo lo hago con pasión y viviéndolo como el regalo que es. No necesito nada más que un cuerpo que me sujete… aunque me haya quedado hecha una sílfide y eso… que ¿a qué engañarse?, mola un montón… necesito un cuerpo que me aguante para qué mi mente pueda darme alas para volar. Para llegar a aquello que me proponga

GRACIAS a la enfermería, por abrirme un mundo maravilloso, basado en el cuidado a los demás y cuidado a mi misma también, porque cada sonrisa de un paciente, es energía para mí y para mi propio corazón. Gracias por enseñarme tanto día tras día; a enseñarme que no hay que rendirse jamás con ningún paciente. Hay que darle siempre la excelencia en los cuidados… y hay que también tener paciencia a veces. 

La #enfermeriavisible y la #excelenciaencuidados es maravillosa e imprescindible en la vida. Ya sea en una consulta o quirófano de trauma (con mi alter ego, o jefazo en este caso, con el que cada día me entiendo mejor), de primaria o en una consulta avanzada en heridas. O en la universidad también, para que las futuras generaciones sean incluso mejores que la nuestra. O en un quirófano de cirugía… de mi héroe del año… al que también doy GRACIAS… y esta vez por permitirme acompáñalo y aprender. O haciendo mi tesis, que parece avanzar a pasitos más seguros, poco a poco, tímidamente, GRACIAS a Fede, por llevarme de la mano.

GRACIAS porque la empresa a la que pertenezco está saliendo airosa, de todo.

GRACIAS por darme amigos tan maravillosos como los que tengo, y dejar que permanezcan a mi lado, por acompañarme en silencio… o no… en un año donde necesitaba todas las fuerzas y todo el respeto que me pudieran brindar. Aunque algunos se hayan alejado… eso es inevitable… la mayoría de ellos han fortalecido mi sentimiento de agradecimiento. También mi capacidad de asombro de ser merecedora de tanto amor… de verdad, porque no soy consciente de aquello que dicen que me hace estupenda… Propósito para el 2020  

GRACIAS porque cuando mi política de “no exigencias”, me lleva a pensar que ya no veré a unos amigos hasta entrado el año… y de pronto me sorprenden con una visita, que ya no esperaba para “darnos un beso de feliz año”. Con eso… ya soy feliz hasta el extremo. Os quiero chicos, de verdad.

GRACIAS por permitirme saber cuando hay que dejarles espacio a los amigos; y otra, cuando merece la pena abrazarlas, aunque protesten. Los amigos son aquellos con los que te puedes pelear un día… pero sabes que, con una sola palabra, con una sola caricia, todo se arreglará, porque las amistades de hierro, aunque se abollen ligeramente, pueden ser devueltas a su forma original; son aquellos a los que ves durante todo el año, o quizá no; aquellos de los que «no has de llamar cuando los necesitas», porque siempre lo saben, siempre están.  GRACIAS por hacerme saber que la amistad es algo que cuando crece, hay que modelarla con amor en las manos y calor en el alma, darle espacio, dejar que se forme por si misma.

GRACIAS porque la vida es un camino del que no puedes conocer su trayectoria, ni su final; y que, seguramente tendrá baches y boquetes. Pero si llevas una buena mochila, y una sonrisa, seguro que al final del mismo, estarás satisfecha de haberlo recorrido.

Dicho todo lo anterior, no les voy a pedir a SSMM que el día 6 me traigan nada nuevo, aunque siempre hace ilusión…; solo les pido que me mantengan todo lo anterior, para que en mi corazón solo haya paz, para que me ayuden a conseguir un mundo sin sustos y sin rencor. Que me permitan saber que un “no puedo” a tiempo, puede ahorrarme algún disgusto que otro, que me muestren como seguir creciendo y volando alto… o mejor dicho, que me den fuerzas para hacerlo por mi misma.

Y empecemos ahora con el repaso del 2019

Enero empezó igual con la zozobra con la que terminó el anterior, la operación de mi padre se retrasó un poquillo, por una “indisposición física” de nuestro cirujano favorito; que no hizo más que unirnos mucho aquellos meses…

2018 acabó en un salón de banquetes donde tocaba nuestra amiga Mara, de tal forma que nos disfrazamos de cincuentones rumbosos y allá que nos fuimos. Diré que con ellos, Silvia, Javi, Cristina, Salva y Manolo, todo es fácil, donde sea y como sea… son personas hogar y eso no entiende de fronteras ni lugares. Pero sin duda, fue una noche diferente. Enero trajo la Cabalgata de Reyes con la familia elegida en Meliana, San Anton vivido como hacía años, y todo ello trabajando en Soneja… experiencia maravillosa como siempre. 

Febrero trajo consigo la primera cirugía de mi padre… entiéndase la primera cirugía de recuperación … y el evento de Womprende donde vi a mi gran amiga Bea, a Charo de Charuca y vi a mi querida Ana de @bloganaalbiol y los dos meses pre ope Hospital General, que me preparé con algo de intensidad. 

            En Marzo, y entre la ope de Salva, la preparación de la mía, los cumpleaños de mis Amihermanos Javi y Silvia en el pueblo, fiestón del año, por cierto. Iban a venir las Fallas en las que desfilaría por fin ante la Geperudeta esta vez con mi amiga Ana, que tenía muchas gracias que darle… yo daba gracias por mi padre… pero antes de esto tuve mi super fiesta sorpresa de 40 cumpleaños, que aquí, esta contada entera. Gracias a mi cariño… porque se lo que le cuestan estas cosas. El último fin de semana me fui a comer a Elche con mi amor, a por mi regalo, en La Finca, de Susi Diaz. Fue un tiempo estupendo junto a él… aunque algo no ya no iba bien. Al día siguiente fui a ver a C, por segunda vez, ya lo había conocido y estrujado una semana antes, en la que había ido a pasar yo sola el día a Jávea, solo para verlos….  y mil veces más lo haría.

Abril, como mes de la primavera, fue un mes de renacimientos. La más horrible de las pesadillas que empezó el día 1… que empeoró hasta el infierno el 8 y luego como el Phoenix de sus cenizas, empezó a levantar el vuelo poco a poco. No voy a repetir las gracias, a todos, desde el cirujano- amigo del alma; hasta todas las personas que estuvisteis allí, apoyando. Solo diré que aun lo tengo presente cada día en mi corazón, que si bien, aún se encoge de miedo… no puede dejar de brillar por la suerte que existe en mi vida.

Recién recuperada del episodio 1 de mi debacle del 19, me fui a Madrid a un curso de artroscopia, a pesar de saber que no me encontraba bien. Dos días después comenzaba de nuevo la pesadilla y la reintervención

Junio… fue el mes del renacimiento definitivo. Recuperada del segundo susto mucho más rápido, me tomé las cosas mucho más despacio. Como no nos atrevíamos por razones obvias, a irnos lejos, nos fuimos en el viaje familiar, este año a Cullera. A mi apartamento de cuando era pequeña, que generosamente nos prestó mi hermana a disfrutar de la familia a tope sin la distracción del día a día. Y a Port Aventura, donde Jorge se lo pasó cañón, y todos convivimos más que nunca.

Y Julio llegó… con contrato, Soneja, de nuevo como una de las bendiciones que te guarda la vida; otro de los veranos más felices y con el mejor equipo del mundo, os guardo a todos con cariño en el corazón, como un tesoro inmenso. Loli, Javier, Cristina (a quien este año desgraciadamente, vi poquito), Ferran, Teresa, ya jubilada fue sustituida por Jose Miguel, Pilar, Marelis Triana, Ana, Mario y Charo, Carol… y Luis, mi apreciado Luis; sin olvidarme de Jorge Justicia, mi Robin Hood de la medicina rural. Hice guardias este año en Viver, que no hubo hueco en Segorbe, y aunque digamos que no fue una locura de entretenimiento; conocí a muchas personas interesantes allí

Fue el verano de mi 16ª aniversario de boda con el mejor hombre que imaginarse pueda. 

Y naturalmente, verano es, El Toro, amigos y familia, convivencia 24/7, comida, charla y fiesta, momento también para guardar para siempre, desde aquellos momentos de la infancia. Peña «La Jaima» y todos sus componentes, os quiero un montón. Algunos momentos de este verano fueron rarunos, y todos debiéramos de pensar en ello, aunque creo, que todo irá bien este próximo verano, ¿por qué no?

Agosto naturalmente, trajo la celebración de la más bella historia de amor de la historia. Mis padres hicieron las bodas de oro… cincuenta años del amor más fuerte y más puro que conozco. Son los que me enseñaron a amar con todo el corazón y le pese a quien le pese. Nos han transmitido que en las buenas y las malas hay que remar en la misma dirección, nos han enseñado valores y nos han dado cariño a raudales. Se casaron entre fríos y lluvia, pero a todos han sabido darnos todo el amor y el calor del mundo. Fue una bella celebración que esperamos quede en sus corazones para siempre, desde luego así lo hará en el mío.

Septiembre fue un mes convulso ciertamente, la gran cirugía de mi padre, que costó, pero salió muy bien… el principio del fin de la pesadilla. Luego unos sinvergüenzas intentaron quedarse con lo que era nuestro y lo pudimos evitar. Y luego me operaron de la hernia. De nuevo otro mes de reposo… pero esta vez, me lo tomé en serio. Y fue una cirugía controlada y programada. Con ello, realmente tengo toda la intención de terminar… Mis nuevos personas hogar vinieron a comer y me dieron por fin mi regalo de cumpleaños, que fue una maravillosa cena en el Poblet.

Octubre fue el mes de Cenas Adivina y Ana Albiol, el mes de la boda de mi Guzmanete de la gran familia Díaz y el mes del congreso. El Congreso de ANEDIDIC en Cartagena en el que tuve el honor de participar de varias maneras posibles. Me siento honrada de formar parte activa de una organización científica que, además, ya forma parte de mi familia. Ojalá nuestro camino juntos, solo haya hecho que comenzar.

El resto del año, y salvo alguna que otra fiesta de cumpleaños y alguna visita a amigos en su Masía… gran y maravilloso día…; y la pequeña operación de anginas de mi pequeñín; el año ha acabado sin sobresaltos…

A todos los que habéis formado parte de él, GRACIAS.

Espero con fuerza y buena disposición el nuevo año…

¡Feliz 2020!